Un guerrero por todas las heridas de guerras gatunas que llevaba en su cuerpo, hace tiempo que lo conozco de lejos, por lo menos dos años, lo veia deambular por la misma zona, venía a comer en una de las colonias que cuido, no conseguí que cayera en la jaula para esterilizarlo, era un luchador y quería dejar su estirpe a toda costa en el pueblo.
Hoy por fín he podido acariciarlo, darle el cariño necesario para su viaje hasta el Arco Iris, no podiamos hacer más, seguramente ha sido un coche el que ha partido su vida, el que le ha roto la columna y le ha impedido seguir guerreando. Ha sido una decisión dura y triste, muy triste, dormirlo, dejar que descanse en paz, estoy convencida que con su mirada fija a mis ojos me estaba diciendo que sabia que lo quería ayudar y que lo que decidiera era lo mejor para él, estoy segura que ha puesto toda su confianza en mi y que ha querido que no me sienta mal por ser yo la que ha puesto fin a su camino. Quiero agradecer también a Bibiana, la veterinaria que lo ha ayudado a partir, sus palabras y sentimientos, las dos hemos tenido que frenar las lagrimas que afloraban a nuestros ojos. Gracias! También al Ayuntamiento y a Pau Lis, por avisarnos de su estado.
No es tan fácil atrapar a un guerrero con un coche, hay gente inconsciente que la velocidad de sus vehiculos es su mejor arma para sentir más fuerte, no se dan cuenta de que hoy ha sido un gato, otro día será un niño que corre o va con su bicicleta tranquilo, pensando que esta en un pueblo pequeño, donde la paz y la libertad de vivir cerca de la naturaleza y a otro ritmo es el sentimiento de la mayoría, pero siempre hay excepciones que nos rompen.... la paz y la vida.
Descansa en paz pequeño guerrero, tú, como otros a los que he tenido que despedir, os llevais un pedazo de mi corazón, a pesar de todo, se hace más fuerte para seguir a vuestro lado y poder conseguiros una mejor vida.